viernes, 20 de julio de 2007

Ruta de Villanueva del Pardillo al camping de "El Escorial" por Tamames


A las 9.30 de la mañana ya se notaba el calor. Habíamos quedado para desayunar en casa de Javi pero teníamos ganas de irnos y no perdimos más tiempo, luego nos dimos cuenta de que fue lo mejor que pudimos hacer.

Ensillamos y partimos a una mini ruta por Villanueva del pardillo que nos dio Javi antes de dirigirnos hacia una urbanización llamada Las Cuestas, nombre curioso, pero que le viene al pelo; la primera en la frente, una cuesta larga de fuerte pendiente para empezar, a mitad de la cuesta Javi se volvió a casa y yo me paré para echar una foto y casi no soy capaz de llegar hasta arriba. En esa cuesta ya habíamos decidido que le pediríamos a Juanje, que nos esperaba en El Escorial, que nos trajera a casa, en lugar de volver nosotros.

Sólo fue para acojonar, la primera fue la peor, luego una subidas y bajadas en tobogán hasta llegar a un alto en el que se veía una vista preciosa de el pantano de Valmayor y la silueta del escorial al fondo.

Cruzamos Colmenarejo y nos dirigimos hacia el embalse, después del susto de la primera cuesta esto nos pareció un paseo. Antes de llegar a la vía del tren paramos para el avituallamiento, una barritas (que conste que digo barritas y no birritas), unos zumos y cruzamos otra urbanización en busca de la menara de cruzar la vía del tren. Lo encontramos sin problemas, cruzamos por encima, bajamos por un camino y continuamos, el camino cada vez era más estrecho, un sendero, un arroyo en mitad de la senda, tuvimos que desmontar y pasarnos las bicis para vadearlo, para ese entonces estábamos completamente perdidos, no había camino hacia el camping de El Escorial, pero teníamos que seguir adelante, la única posibilidad… la vía del tren, literal, hicimos unos 2 km por las vías del tren, sorteando piedras y postes hasta que encontramos un camino en paralelo a la vía. Lo tomamos sin saber dónde íbamos y al darnos cuenta de que volvíamos a cruzar las vías del tren nos dimos la vuelta. Una cancela en mitad del camino, la abrimos pasamos y la cerramos tal y como indicaba el cartel, una finca de ganado, creemos que no bravo, otra cancela, la misma historia, seguimos avanzando, otra cancela más y sorpresa, aparecemos al primer puente por el que cruzamos la vía del tren. Unos compañeros que pasaban por allí nos dijeron que no había camino directo al camping, o hacia Villalba o hacia El Escorial así que ahí nos fuimos, deshaciendo el camino y abriendo y cerrando puertas hasta que llegamos a El Escorial, para ese entonces ya estábamos torrados por el sol, cansados de pedalear y deseando llegar y descansar y nos quedaba lo peor, con la pájara sobre mis hombros tuvimos que hacer el tramo más complicado, 6 km de carretera hasta llegar al camping, donde Juanje, Eva e Iván nos esperaban con los brazos abiertos y el acuarios encima de la mesa… Qué bueno es tener amigos, sobre todo si se tiran el rollo tanto como Juanje, que cargó las bicis en el coche y nos llevó hasta los nuestros.

Al final, 45km de ruta, un sol de justicia, arañazos en los brazos de las zarzas, otro reto conseguido y otra gran experiencia encima de la bicicleta, sentimiento indescriptible si no se siente por sí mismo.

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