Después de tiempo entrenando con el objetivo de intentar hacer un triatlón, ha llegado el momento.
Aparecen los nervios, intranquilidad y el pensamiento de que no voy a ser capaz de hacerlo, pero allí estaban Eva, Karen e Iván para animar y Nacho y Ta que correrán después el Triatlón Sprint.


Cuando me quiero dar cuenta ya estoy en el agua, la de golpes que me pude llevar, la de agua que pude tragar (sigo vivo) y la de algas que tuve que retirar. Debido a las boyas enormes del recorrido es muy facil guiarte y más facil de lo que yo creía estoy fuera del agua, respirando agitada mente voy a por la bici.

La bici con constantes subidas y bajadas y los pocos tramos llanos son fuera de camino llenos de baches. Me pareció durillo pero no me haría falta bajarme en ninguna cuesta, eso si al comienzo de la segunda vuelta el bidón de agua a tomar por ..... se acabó el agua.

La mejor sensación que tuve fue al ver en la llegada de las dos vueltas a Karen, Nacho, Ta y sobre todo a Eva e Iván. Y no debía estar muy mal cuando pude saludarlos.

Aquí comienza lo más duro para mí de este triatlón, correr, la primera mala sensación ver como me adelanta una chica, no porque fuera chica, sino por la velocidad que llevaba. No me iban las piernas y tuve que para andar volver a notarlas que eran parte de mí y ya a correr sin parar hasta la meta. Allí estaban mis chicos, choqué la mano con Eva e Iván y se acabó.

Os aseguro que entré destrozado, no quería ni hablar, ni beber, ni nada de nada, eso si después de un breve descanso y una duchita reponedora a correr de lado a lado a ver a Nacho y Ta, eso querrá decir que no acabé tan mal.
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