lunes, 16 de mayo de 2011

PRIMER TRIATLÓN DE LA TEMPORADA

Después de haber pasado uno de los peores días de mi vida el año pasado a causa del frío, parecía que este año el Triatlón Cros de Tres Cantos pintaba mejor.
Me encontraba bien (a pesar del catarro), ilusionado y hacía un tiempo estupendo.
Hasta tres horas antes de la carrera, que comenzó la tormenta.
De los 30º de la mañana, pasábamos a 18º a la hora de la prueba.
Además de un airecillo traidor.
Así que con un cabreo in crescendo, Taty y mi suegra (¡qué valor las dos, gracias!), me presento en secretaría a recoger el dorsal, y comienzo con todos los preparativos.
Cuando me quiero dar cuenta, estoy en el pantalán de salida... y es cuando empieza a llover de nuevo.
Así que comienza la carrera y claro, virado como estaba, nada podía ir bien. Tengo las gafas mal ajustadas y tengo que parar varias veces para sacarme el agua. Además no consigo coger el ritmo ni nadar con comodidad.
Termino como puedo la primera vuelta y me tomo mi tiempo; me vuelvo a ajustar las gafas y me tiro de nuevo al agua.
Las cosas parece que han cambiado, ya no me entra agua, y soy capaz de nadar mejor técnicamente.
Parece que conseguiré salir del agua, y además 2' antes que el año pasado.
Buena transición y cojo la bici. Enseguida estoy hasta arriba de barro: gafas, labios, bici, bidones.
No puedo beber sin tragar barro, a no ser que me lo tire por encima como si fuera un porrón.
A pesar del barro, no voy mal, mejor que el año pasado.
Termino la bici sin tragar mucho barro y sin caídas. Voy contento pensando en mejorar el tiempo del año pasado.
Llego a la transición y todo cambia.
Poniéndome las zapatillas me da un calambre terrible en el cuádriceps izquierdo.
No puedo ni moverme, porque amenaza con darme fuerte de verdad.
Intento estirar y amaga también el derecho.
Y ahí viene lo peor: me estoy mareando.
Como puedo me tumbo en el suelo con las piernas en alto.
Pasados unos minutos, parece que me recupero.
Uno de los jueces me pregunta: "¿Vas a seguir?"
A lo que yo respondo: "Si soy capaz de levantarme, si".
Lo consigo y comienzo a trotar.
Ya sólo quiero terminar la carrera.
Y tras sufrir de lo lindo tras casi 5 km de carrera a pie, cruzo la meta, cansado, dolorido y orgulloso.
No sabía cuánto tiempo había hecho, pero me daba igual.
Cuando te planteas retirarte, terminar es suficiente premio.
Tengo muchas espinitas clavadas con este triatlón.
Volveré a intentar sacarme alguna.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Grande, amigo!!
Enhorabuena!!

JT

Juan Jesús Ortega López dijo...

Eres un campeón a los siguientes me uno a tí.

Jose dijo...

hay que ser consciente de la dureza de este tri para reconocerte aún más el mérito.
Creo que si no llueve y hace frío lo suspenden..