
Bien mi experiencia del sábado es bastante similar.
Efectivamente comenzamos la primera carrera a pie con la sana intención de dosificarnos y no petar. Primer km y pasamos en 4:40. Algo no cuadra. Nunca había bajado de 5'/km, y el día que salimos despacito marcamos ese tiempo.Decidimos tirar algo más despacio.Aún así y con más curvas de herradura que un puerto de los Alpes, llegamos a la primera transición en 24'34'' (para mi un espectacular ritmo de 4'55''/km).
Me concentro en que la transición me salga mejor que la última vez.Casco, OK; zapatilla derecha, OK; zapatilla izquierda, su puta madre, se me sale el velcro y no hay forma de meterlo en la anilla.
Cuando consigo salir con la bici, el xaxe ya está en la cuesta, buscándome con la mirada.Comienzo la subida por asfalto, concentrándome en pillar al xaxe y empezar a beber algo.
Tanta concentración hace que casi me pase el desvío para coger el camino. Tengo que frenar y poner el pie en el suelo para poder girar.Cuando cojo el camino, comienzo a alcanzar a otros corredores, con el xaxe ya algo más alejado.
Ante la imposibilidad de adelantar, me doy cuenta de que otra vez haremos la carrera separados. Consigo pasar tres ciclistas sin caerme por una rodera, pero al llegar al final de la cuesta arriba, el camino gira por una senda estrecha y peligrosa.Aquí si que no hay nada que hacer.
Un compañero me deja pasar un poco más abajo, pero hay un tapón monumental. Hasta que no llego al asfalto no consigo quitarme gente de delante. Intento buscar con la mirada al xaxe, pero ya sabemos todos cómo se las gasta en bici.
Comienzo la segunda vuelta de bici, ya más concentrado en no petar, en regularme, me sentía bastante bien. Pero un bache en una de las bajadas más peligrosas me da un pequeño susto, del cual me da un calambre en los gemelos. ¡Madre mía, me quedan más de 10 km de bici y ya estamos así! Un poco más adelante el dolor es insoportable y me tengo que parar a estirar y a que me adelanten casi todos los que había conseguido pasar. Ya un poco mejor me reincorporo a la carrera y voy cogiendo gente otra vez. Nuevamente los adelanto en el asfalto y comienzo mi tercera vuelta.
Como parece que mis gemelos me respetan sigo lo más fuerte que puedo, ya arriesgando más en las bajadas, ya más conocidas.La segunda transición va de lujo, pero en cuanto empiezo a correr...¡¡AAHH!! Si los gemelos siempre llaman dos veces, como el cartero. Me tengo que parar a estirar un poco, voy molido, pero estoy a punto de terminar mi primer duatlón, y hacer menos de 2 horas.No pienso rendirme ahora, soy un c2c.
A pesar de todo, paso el primer km en menos de 5' (¿? Yo tampoco lo entiendo). Como los gemelos me respetan sigo mi ritmo que ya no suelto hasta meta.
No he debido sufrir tanto, porque mi primer pensamiento fue hacer menos tiempo la próxima vez y entrenar esos gemelos para que no me vuelva a pasar lo mismo.Por fin, al cruzar la meta me encuentro con el xaxe y nos abrazamos.
¡Prueba superada!
Sólo nos faltó Juanje.
La próxima es nuestra hermanos.
Efectivamente comenzamos la primera carrera a pie con la sana intención de dosificarnos y no petar. Primer km y pasamos en 4:40. Algo no cuadra. Nunca había bajado de 5'/km, y el día que salimos despacito marcamos ese tiempo.Decidimos tirar algo más despacio.Aún así y con más curvas de herradura que un puerto de los Alpes, llegamos a la primera transición en 24'34'' (para mi un espectacular ritmo de 4'55''/km).
Me concentro en que la transición me salga mejor que la última vez.Casco, OK; zapatilla derecha, OK; zapatilla izquierda, su puta madre, se me sale el velcro y no hay forma de meterlo en la anilla.
Cuando consigo salir con la bici, el xaxe ya está en la cuesta, buscándome con la mirada.Comienzo la subida por asfalto, concentrándome en pillar al xaxe y empezar a beber algo.
Tanta concentración hace que casi me pase el desvío para coger el camino. Tengo que frenar y poner el pie en el suelo para poder girar.Cuando cojo el camino, comienzo a alcanzar a otros corredores, con el xaxe ya algo más alejado.
Ante la imposibilidad de adelantar, me doy cuenta de que otra vez haremos la carrera separados. Consigo pasar tres ciclistas sin caerme por una rodera, pero al llegar al final de la cuesta arriba, el camino gira por una senda estrecha y peligrosa.Aquí si que no hay nada que hacer.
Un compañero me deja pasar un poco más abajo, pero hay un tapón monumental. Hasta que no llego al asfalto no consigo quitarme gente de delante. Intento buscar con la mirada al xaxe, pero ya sabemos todos cómo se las gasta en bici.
Comienzo la segunda vuelta de bici, ya más concentrado en no petar, en regularme, me sentía bastante bien. Pero un bache en una de las bajadas más peligrosas me da un pequeño susto, del cual me da un calambre en los gemelos. ¡Madre mía, me quedan más de 10 km de bici y ya estamos así! Un poco más adelante el dolor es insoportable y me tengo que parar a estirar y a que me adelanten casi todos los que había conseguido pasar. Ya un poco mejor me reincorporo a la carrera y voy cogiendo gente otra vez. Nuevamente los adelanto en el asfalto y comienzo mi tercera vuelta.
Como parece que mis gemelos me respetan sigo lo más fuerte que puedo, ya arriesgando más en las bajadas, ya más conocidas.La segunda transición va de lujo, pero en cuanto empiezo a correr...¡¡AAHH!! Si los gemelos siempre llaman dos veces, como el cartero. Me tengo que parar a estirar un poco, voy molido, pero estoy a punto de terminar mi primer duatlón, y hacer menos de 2 horas.No pienso rendirme ahora, soy un c2c.
A pesar de todo, paso el primer km en menos de 5' (¿? Yo tampoco lo entiendo). Como los gemelos me respetan sigo mi ritmo que ya no suelto hasta meta.
No he debido sufrir tanto, porque mi primer pensamiento fue hacer menos tiempo la próxima vez y entrenar esos gemelos para que no me vuelva a pasar lo mismo.Por fin, al cruzar la meta me encuentro con el xaxe y nos abrazamos.
¡Prueba superada!
Sólo nos faltó Juanje.
La próxima es nuestra hermanos.
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