Llegó el gran día. Algo soñado hace unos años y visto en la distancia con nebulosa, pero allí estábamos frente a frente con nuestro 1º triatlón sprint
Si tengo que destacar algo es el objetivo cumplido, nuestra primera triatlón, casi sin darnos cuenta y sin haberlo pensado mucho, a veces las cosas salen mejor así.
Nada mas aparcar el coche nos dimos cuenta de que la cosa iba a ser dura, mucha preparación en los demás corredores hace intuir la dureza del recorrido y que vamos a pagar la novatada. Sabemos a lo que vamos.
Los toros se ven distintos desde la barrera, el primer matador preparándose para la suerte y del otro lado de la valla los alternos animándole. Juanje parece tranquilo y se dirige a la salida dispuesto a dar el máximo, entre las fotos, los comentarios, movernos de un lado a otro del recorrido, se nos pasó el tiempo volando y vimos aparecer cansado pero satisfecho al primer miembro del equipo en competir.
Llegó nuestra hora. Fue ponernos el mono que estrenábamos para la ocasión y empezar el cosquilleo, ese nerviosismo, la adrenalina que genera competir es lo que hace adictivo el deporte. Competimos contra nosotros mismos, es la primera vez que lo hacemos así que es suficiente acabar.
Justo en la linea de salida el xaxe Nacho y yo hablamos tranquilamente, sin pensar mucho en lo que nos espera. Por como se lanzan los demás al agua ya sabemos que va a ser difícil mantenernos juntos en el recorrido, la esperanza a priori es encontrarnos más adelante.
La última pregunta que recuerdo de Nacho fue. “ y tu como vas a saltar al agua?” me di cuenta de que era una buena pregunta cuando en mi salto de cabeza me encuentro las gafas en el cuello yt tengo que parar para colocármelas mientras decenas de brazos ciegos me van golpeando el cuerpo.
Espuma, brazos, piernas y algas. Eso es todo lo que veo en el recorrido, con diferencia lo más difícil de la triatlón y no me refiero a la dureza física, sino la desesperación por nadar de esa manera, sin apenas avanzar y pegándote con todos. Desde que salí del lago estaba cansado. Mala señal.
No veo a Nacho, otra mala señal. Hago la transición andando, cogiendo aire. Sigo sin verle.
El tramo de la bici, a priori donde puedo recuperar lo hago con más pena que gloria, no me van las piernas, no subo a gusto y veo que muchos me adelantan, siguen las malas señales. Acabo sin saber muy bien cómo, un recorrido asequible de 12km se convierten en una trampa que termina de dejarme sin fuerzas para los 4km de carrera.
Carrera andando, que es lo que hice porque no tenía fuerza en las piernas, esta vez ni siquiera noté tirones en los músculos, simplemente ausencia de fuerza y aliento para correr. En ese momento, viendo la gran cantidad de gente que me había pasado con la bici y ahora corriendo me di cuenta de que debí hacer muy buen tiempo en el tramo nadado, pero ese fue mi error, cebarme en el lago.
Aún tengo en mi mente la sensación de la llegada, cansancio extremo, picor insoportable por todas las algas que se habían alojado en el interior del traje, fastidio por saber que Nacho se había lesionado el hombro en el primer tramo del lago. (la principal ilusión de estos retos es hacerlos con mi equipo, mis hermanos y cuando alguno tiene un problema, parece que el objetivo no está cumplido). Lo mejor de todo es que es sólo la primera y con certeza nos veremos en más para disfrutar de la sensación placentera y enorme de ver el objetivo cumplido a pesar del sufrimiento que así se disfruta más.
Si tengo que destacar algo es el objetivo cumplido, nuestra primera triatlón, casi sin darnos cuenta y sin haberlo pensado mucho, a veces las cosas salen mejor así.
Nada mas aparcar el coche nos dimos cuenta de que la cosa iba a ser dura, mucha preparación en los demás corredores hace intuir la dureza del recorrido y que vamos a pagar la novatada. Sabemos a lo que vamos.
Los toros se ven distintos desde la barrera, el primer matador preparándose para la suerte y del otro lado de la valla los alternos animándole. Juanje parece tranquilo y se dirige a la salida dispuesto a dar el máximo, entre las fotos, los comentarios, movernos de un lado a otro del recorrido, se nos pasó el tiempo volando y vimos aparecer cansado pero satisfecho al primer miembro del equipo en competir.
Llegó nuestra hora. Fue ponernos el mono que estrenábamos para la ocasión y empezar el cosquilleo, ese nerviosismo, la adrenalina que genera competir es lo que hace adictivo el deporte. Competimos contra nosotros mismos, es la primera vez que lo hacemos así que es suficiente acabar.
Justo en la linea de salida el xaxe Nacho y yo hablamos tranquilamente, sin pensar mucho en lo que nos espera. Por como se lanzan los demás al agua ya sabemos que va a ser difícil mantenernos juntos en el recorrido, la esperanza a priori es encontrarnos más adelante.
La última pregunta que recuerdo de Nacho fue. “ y tu como vas a saltar al agua?” me di cuenta de que era una buena pregunta cuando en mi salto de cabeza me encuentro las gafas en el cuello yt tengo que parar para colocármelas mientras decenas de brazos ciegos me van golpeando el cuerpo.
Espuma, brazos, piernas y algas. Eso es todo lo que veo en el recorrido, con diferencia lo más difícil de la triatlón y no me refiero a la dureza física, sino la desesperación por nadar de esa manera, sin apenas avanzar y pegándote con todos. Desde que salí del lago estaba cansado. Mala señal.
No veo a Nacho, otra mala señal. Hago la transición andando, cogiendo aire. Sigo sin verle.
El tramo de la bici, a priori donde puedo recuperar lo hago con más pena que gloria, no me van las piernas, no subo a gusto y veo que muchos me adelantan, siguen las malas señales. Acabo sin saber muy bien cómo, un recorrido asequible de 12km se convierten en una trampa que termina de dejarme sin fuerzas para los 4km de carrera.
Carrera andando, que es lo que hice porque no tenía fuerza en las piernas, esta vez ni siquiera noté tirones en los músculos, simplemente ausencia de fuerza y aliento para correr. En ese momento, viendo la gran cantidad de gente que me había pasado con la bici y ahora corriendo me di cuenta de que debí hacer muy buen tiempo en el tramo nadado, pero ese fue mi error, cebarme en el lago.
Aún tengo en mi mente la sensación de la llegada, cansancio extremo, picor insoportable por todas las algas que se habían alojado en el interior del traje, fastidio por saber que Nacho se había lesionado el hombro en el primer tramo del lago. (la principal ilusión de estos retos es hacerlos con mi equipo, mis hermanos y cuando alguno tiene un problema, parece que el objetivo no está cumplido). Lo mejor de todo es que es sólo la primera y con certeza nos veremos en más para disfrutar de la sensación placentera y enorme de ver el objetivo cumplido a pesar del sufrimiento que así se disfruta más.
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